¿Mejorar la polineuropatía con ayuda de la terapia vascular física BEMER?
Vital Salud Vigo 20-06-2019
Una polineuropatía solo puede superarse por completo si también se ha superado la enfermedad principal desencadenante.
Sin embargo, dado que a menudo esto es solo es posible con limitaciones, las personas afectadas por una polineuropatía se conforman si al menos consiguen aliviar los síntomas descritos de la polineuropatía.
Si esto conllevara además una reducción de la administración de fármacos, la terapia vascular física BEMER debería considerarse.
Polineuropatía – Cuando los nervios se descontrolan
Una enfermedad es el fallo del funcionamiento de un órgano, de la psique o de todo el organismo. Por desgracia, son muchas las personas que las padecen. Por suerte, sin embargo, la medicina está hoy tan extendida que muchas enfermedades, independientemente de su gravedad, no tienen por qué ser mortales. Sin embargo, esto no es consuelo suficiente para las personas que, aunque pueden vivir con su enfermedad, deben padecer los efectos secundarios de la misma, asociados con dolor crónico en menor o mayor medida. Una de estas enfermedades es la polineuropatía, una enfermedad del sistema nervioso que afecta aproximadamente al 3 % de los alemanes. Las personas mayores son las más afectadas por la polineuropatía. Así, se estima que aprox. un 8 % de los mayores de 65 años padecen polineuropatía. Casi el 40 % de todos los diabéticos padecen esta enfermedad, incluso los jóvenes. En este grupo de personas, la polineuropatía es hereditaria o, en muchos casos, consecuencia de, por ejemplo, el abuso de alcohol o de drogas. En general, hombres y mujeres se ven afectados por igual por la polineuropatía. ¿Cuáles son los síntomas asociados a la polineuropatía? A menudo, la enfermedad comienza con molestias desagradables en los dedos de los pies. A continuación, las molestias pasan también a las manos. En las zonas de cuerpo afectadas puede sentirse un hormigueo espontáneo, lo que resulta desagradable y preocupante. Con frecuencia el entumecimiento o ardor también resulta doloroso. Además de una mayor sensibilidad, la polineuropatía a menudo causa de alteraciones en la percepción de estímulos táctiles y de temperatura. En última instancia, la polineuropatía lleva a la persona afectada a una reducción importante de su calidad de vida. Si la polineuropatía afecta a nervios autónomos, pueden aparecer incluso síntomas como, por ejemplo, problemas de regulación de la presión sanguínea y arritmias cardíacas. Aunque la polineuropatía solo puede superarse completamente si la enfermedad principal desencadenante se cura (lo que a menudo resulta muy difícil), existe la posibilidad de que mejore o incluso remita.
Síntomas clínicos de la polineuropatía
La polineuropatía es una enfermedad del sistema nerviosos periférico que viene acompañada por debilidad muscular y entumecimiento. Para comprenderlo mejor, en primer lugar debe considerarse el sistema nervioso del ser humano (como una representación simplificada sin pretensión a integridad): el sistema nervioso es la parte del organismo humano encargado de la percepción y procesamiento de estímulos, así como de controlar la respuesta a los mismos. El cerebro y la médula espinal conforman el sistema nervioso central (SNC). Todo el resto de tejido nervioso se denomina sistema nervioso periférico (SNP). El sistema nervioso central permite recibir sensaciones a través de los órganos sensoriales. Además, es la base del resto de funciones superiores, como la conciencia, la percepción, el pensamiento y el aprendizaje. La médula espinal se extiende como la sección más gruesa de la columna y es el centro de los reflejos, los cuales se llevan a cabo sin la participación del cerebro. Contiene numerosas células y fibras nerviosas que establecen la conexión entre el cerebro y la periferia. Como componente más pequeño del sistema nervioso, la célula nerviosa se encarga de la admisión, reenvío y transmisión de estímulos. El sistema nervioso periférico (SNP) incluye todos los nervios que atraviesan el cuerpo como una red. Los nervios transmiten información entre la médula espinal o el cerebro y el resto del cuerpo. Como pequeñas ramificaciones, las fibras del sistema nervioso periférico parten de la médula espinal y establecen contacto con los órganos "ejecutantes" como el tejido muscular, la piel o los órganos internos. El intercambio de información se realiza a través de un impulso de control enviado desde el cerebro o a través de información enviada hacia el cerebro. En base a sus funciones, el sistema nervioso se diferencia entre sistema nervioso somático (voluntario) y sistema nervioso vegetativo (autónomo o involuntario). Mientras que el sistema nervioso voluntario controla todos los procesos relacionados con la conciencia y la voluntad (por ejemplo, movimientos musculares), el sistema nervioso vegetativo está ampliamente desligado del control voluntario directo. Regula las funciones vitales como el ritmo cardíaco, la respiración, la presión sanguínea, la digestión y el metabolismo. Pero, ¿qué es una polineuropatía? La capacidad de sentir de una persona sana requiere la existencia de múltiples sensores especializados diferentes en la piel para el tacto, la medición del frío y del calor o la sensación de dolor, así como para el envío de la información correspondiente a través del sistema nervioso. Así, las formas individuales de polineuropatía representan enfermedades del sistema nervioso periférico. A menudo, la polineuropatía es una reacción del sistema nervioso periférico ante una enfermedad o problema que afecta al organismo en su totalidad. Los desencadenantes de estas enfermedades son diversos. Algunos ejemplos son: - Enfermedades de los vasos sanguíneos - Enfermedades del sistema inmunitario - Diabetes mellitus - Enfermedades reumáticas - Enfermedades renales - Tumores - Consecuencias de una intoxicación - Influencia durante años de productos químicos en el lugar de trabajo - Efectos secundarios de fármacos - Malnutrición - Consumo de drogas y alcoholismo
Terapia vascular física BEMER
La causa de numerosas enfermedades y problemas de salud es una microcirculación insuficiente. La microcirculación suministra, a través de la irrigación de los vasos sanguíneos más pequeños, oxígeno y nutrientes a tejidos y órganos, elimina los productos del metabolismo y refuerza el sistema inmunitario. Sin embargo, el rendimiento de la microcirculación desciende con la edad. Aunque se trata de un proceso natural, puede verse acelerado por determinadas enfermedades o factores, por ejemplo, una alimentación poco sana o desequilibrada, fumar con frecuencia, un abuso del consumo de alcohol o el consumo de drogas. Consecuencias frecuentes: debilitamiento del sistema inmunitario, mayor propensión a padecer infecciones, envejecimiento celular acelerado, menor defensa ante radicales libres, menor rendimiento, malestar, mala recuperación en caso de enfermedad y enfermedades crónicas. Sin embargo, con el uso de la terapia vascular BEMER, esta microcirculación limitada puede volver a activarse. Esto implica un buen proceso de abastecimiento y eliminación de las células tisulares por medio de la mejora de la circulación. Una buena circulación sanguínea mejora el suministro de nutrientes en el tejido afectado, ayuda a reducir la inflamación y puede estimular significativamente el proceso de curación. La pieza central de la terapia vascular física BEMER es una estructura de señal multidimensional que estimula de manera eficaz la microcirculación limitada o deteriorada. Así, se proporciona una ayuda a los mecanismos de regulación más importantes del cuerpo humano en lo relativo a la prevención y procesos de curación, recuperación y regeneración. A través de una serie de estudios científicos, queda demostrado que la terapia vascular física BEMER contribuye a la mitigación de numerosas enfermedades y puede ayudar en la mejora del desarrollo de la enfermedad. Algunos ejemplos de estas enfermedades son: - Polineuropatía - Problemas de circulación arterial o venosa - Artrosis - Diabetes El hecho de que, además, la terapia vascular física BEMER pueda utilizarse como tratamiento complementario en caso de -Dolor de espalda - Trastornos del sueño - Control del estrés - Aumento del rendimiento físico y mental - Control de infecciones - Activación de los procesos de autocuración propios del cuerpo - Curación acelerada de heridas y lesiones - Fortalecimiento del sistema inmunitario es, para muchos pacientes de polineuropatía, mucho más que un efecto secundario útil. Incluso el burnout puede prevenirse y tratarse de manera eficaz. Desde cualquier punto de vista, es importante saber que la terapia vascular física BEMER es por el momento el tratamiento físico mejor investigado y más eficaz en la medicina complementaria y preventiva. Conclusión: No solo los síntomas clínicos de una polineuropatía pueden mitigarse con la terapia vascular física BEMER, sino que también contribuye a una mejora de la calidad de vida en otros muchos ámbitos.